Estas imágenes han sido publicadas como un beauty editorial en Vogue y fueron realizadas en Noviembre de 2019. En aquel momento el frío era lo de menos. Hacía tiempo que era difícil trabajar, la movilidad era limitada y de nuevo había que tirar de creatividad. Yo hace tiempo que decidí que mi camino era buscar la belleza independientemente de las circunstancias. Conocí a Viola y entonces pensé en un beauty editorial para Vogue Sin embargo, esto no es válido para todo el mundo. El acceso a la distracción es fundamental y como tal se consume.
Tuve una conversación hace poco con una amiga en la que salió este tema. Es curioso que cuando no hemos podido viajar, salir de copas o hacer turismo hemos encontrado refugio en lo que hemos llamado cultura. La televisión por cable y redes sociales se han usado como nunca, hasta el punto de colapsarse en algún momento. No hemos elegido leer libros, exposiciones virtuales o grupos de debate online. Nos hemos lanzado al consumo de imágenes y en general lo que se llaman contenidos.
Esto me hace pensar que el ocio, ese lugar de distracción conformista, es más importante que la cultura, entendiendo cultura como aquello que nos pone en crisis para poder crecer. Confundir el consumo de películas o series, en su mayoría americanas, con cultura es un poco arriesgado. Sin embargo, están tan bien hechas que es difícil no sucumbir. Son un prodigio de acordes de color, por lo que pensé que Viola, cuyo portafolio miraba en ese momento, podría funcionar muy bien en beauty editorial para Vogue.
Estoy seguro que las personas que realizan estas producciones dan lo mejor de ellas mismas, no se me ocurre otra forma. Al margen de las heroicas horas de trabajo, hay algo más que les hace encontrar la diferencia donde ya todo estaba hecho. Me atrevo a decir que fue la cultura, por que los artistas hacen eso, entran en crisis para salir aprendidos. Se ponen a prueba y aceptan el riesgo para que nosotros no tengamos que jugárnosla. Un viaje sin red ni futuro, tan sólo presente, para que podamos disfrutar en nuestro aislado sofá de los viajes que por nosotros mismos no emprendemos.
Viola K y Martin nos han regalado eso, un viaje. En estado de alarma y con frío muestran a una mujer intacta, que se eleva por encima de la situación y reactiva la ilusión con un rojo cálido, preparada para dar el siguiente paso consciente. Percibo cierta energía femenina contenida, que sabe que pronto podrá explotar. Hay un punto de frescura que encuentro en los beauty editorial de Vogue asiáticas here que en Europa no se lleva, más centrados en la gramática de la imagen here
Las últimas series y películas que he estado viendo son un primor de manufactura. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto viendo el uso del color y el gusto por el detalle. Quiero pensar que aún puedo reconocer la cultura, pero creo que estoy atrapado por el ocio, sobre todo cuando puedo disfrutar del viaje de estas dos hermosas personas.
These images have been published as an editorial beauty in Vogue and were made in November 2019. At that time the cold was the least of it. It had been difficult to work for a long time, mobility was limited and again you had to be creative. I decided long ago that my path was to seek beauty regardless of the circumstances. I met Viola and then I thought of an editorial beauty for Vogue. However, this is not true for everyone. Access to distraction is essential and as such is consumed.
I had a conversation recently with a friend where this topic came up. It is curious that when we have not been able to travel, go out for drinks or go sightseeing, we have found refuge in what we have called culture. Cable television and social networks have been used like never before, to the point of collapse at some point. We have not chosen to read books, virtual exhibitions or online discussion groups. We have launched into the consumption of images and in general what are called content.
This makes me think that leisure, that conformist place of distraction, is more important than culture, understanding culture as that which puts us in crisis in order to grow. Confusing the consumption of movies or series, mostly American, with culture is a bit risky. However, they are so well made that it is difficult not to succumb. They’re a prodigy of color chords, which is why I thought Viola, whose portfolio I was looking at at the time, could do very well in editorial beauty for Vogue.
I am sure that the people who make these productions give the best of themselves, I cannot think of another way. Apart from the heroic hours of work, there is something else that makes them find the difference where everything was already done. I dare to say that it was culture, because artists do that, they go into crisis to get learned. They put themselves to the test and accept the risk so that we don’t have to risk it. A trip without a network or a future, only present, so that we can enjoy in our isolated sofa the trips that we do not undertake by ourselves.
Viola K and Martin have given us that, a trip. In a state of alarm and with cold they show an intact woman, who rises above the situation and reactivates the illusion with a warm red, ready to take the next conscious step. I sense a certain contained feminine energy, which she knows will soon be able to explode. There is a point of freshness that I find in the Asian Vogue editorial beauty here that is not carried in Europe, more focused on the grammar of the image here
The latest series and movies I’ve been watching are a manufacturing beauty. It had been a long time since I enjoyed seeing the use of color and the taste for detail so much. I want to think that I can still recognize the culture, but I think that I am trapped by leisure, especially when I can enjoy the journey of these two beautiful people.