Marie Colomb es una actriz francesa que se ha consolidado como una figura reveladora del cine contemporáneo. Su magnetismo, tanto en pantalla como fuera de ella, es innegable. Tuve el privilegio de retratarla en Barcelona, en una sesión donde quedó patente su capacidad para conectar con la cámara de una forma profunda, directa y muy personal. Esa experiencia no solo me dejó una serie de retratos potentes, sino también la certeza de estar ante una artista singular, con un talento que va más allá de lo interpretativo.
Desde aquel encuentro, he seguido de cerca su evolución profesional. Entre sus trabajos recientes destaca el cortometraje La cassette (2024), donde interpreta a Joana, una joven enfrentada a las tensiones emocionales de su pasado familiar. La cinta, aunque breve, resulta densa en emociones. Colomb logra transmitir, con un lenguaje corporal contenido pero expresivo, toda la complejidad psicológica del personaje. Su mirada, gestos y pausas componen un retrato emocional que trasciende el guion. Su actuación ha sido aplaudida por la crítica, y no es casualidad que el corto haya sido seleccionado en varios festivales europeos como se puede ver en Cineuropa.
Otro de sus papeles más comentados ha sido en la serie Culte, donde encarna a Loana Petrucciani. Esta interpretación supone otro reto para la actriz: un personaje frágil y valiente a la vez, atrapado en un drama social que exige autenticidad y entrega absoluta. En Culte, Colomb demuestra su versatilidad: cada escena es una demostración de cómo canalizar emociones contradictorias sin caer en el artificio. Como ella misma ha declarado, «cada papel es una forma de conectar con los demás a través de lo emocional y lo vulnerable» (entrevista en Télérama).
A nivel visual, retratar a Marie Colomb es como asistir a una coreografía emocional. Tiene una presencia poco común: puede expresar fortaleza y fragilidad en segundos, tan solo con un giro del rostro o un cambio en la mirada. Como fotógrafo, este tipo de talento es oro puro. Es una actriz que no actúa, vive. Y eso se traduce también en el retrato editorial, donde el objetivo es capturar la verdad del sujeto. En la sesión que realizamos en Barcelona, cada imagen resultaba distinta y honesta, revelando capas de su personalidad sin necesidad de artificios.
Su ascenso no ha pasado desapercibido. Marie Colomb ha sido considerada como una de las promesas más relevantes del cine francés reciente, y su nombre empieza a sonar con fuerza en festivales internacionales y conversaciones sobre los Premios Goya. Aunque aún no ha sido nominada, muchos expertos del sector reconocen que es solo cuestión de tiempo. Su estilo interpretativo, cargado de verdad y de riesgo emocional, encaja con la nueva ola de cine europeo que apuesta por historias humanas, cercanas y complejas.
Lo que distingue a Colomb es su compasión genuina, algo que se percibe incluso fuera del set. En nuestra breve colaboración, destacó su interés por entender lo que el otro siente. Esa escucha activa y empática no solo la hace una excelente compañera de trabajo, sino que también potencia su capacidad para encarnar papeles ricos y verosímiles.
En definitiva, Marie Colomb no es solo una actriz prometedora: es una artista que entiende el valor del relato emocional. Cada personaje que interpreta, cada mirada que ofrece ante la cámara, construye un puente entre la ficción y lo real. Tener la oportunidad de fotografiarla fue un privilegio, y verla crecer artísticamente confirma que su carrera apenas está comenzando. Sus futuros proyectos seguramente seguirán demostrando por qué es una de las voces más auténticas de su generación.
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https://es.unifrance.org/anuario/particulares/420572/marie-colomb
https://www.gqmagazine.fr/article/anaide-rozam-marie-colomb-gq-hype-interview-culte-prime-video
https://es.unifrance.org/anuario/particulares/420572/marie-colomb